Por Edilia Camargo
“Una mujer común, que luchó por la vida de desaparecidos, de treinta mil hijos. O muchos más que
nunca sabremos las cifras reales. No soy nada de otro mundo. No quisiera que me vieran, fuera de
mi cocina y de lo que siempre he hecho. Por eso, el día que me muera, tienen que cantar. No tienen
que llorar. Hagan una fiesta en la Plaza. Porque hice lo que quise. Y dije lo que quise.”
Sus deseos se han cumplido. Hebe Bonafini convoca, por última vez este jueves 24 de noviembre a
las 15hrs de Argentina, la marcha No. 2328, celebración por su vida .
Se entabla desde ya, un diálogo entre Hebe e Isidoro, un viejito, residente del Hogar Amavir en
Pamplona, España.
Abuelas de la Plaza de Mayo, entrando a la habitación 112 de Isidoro
- Hola Isidoro...“ 12 años en una residencia sin una visita” ¡ Vaya la vida.!
- Me presento... Soy Hebe ..Abuela de la Plaza de Mayo. Y me acompañan mis amigas de
siempre
- Hice lo que quise y dije lo que quise. Queda grabado en una de las últimas entrevistas que
me hicieron.
- Me dirás que soy una vieja pendeja y aburrida. A quién se le ocurre pelear por un reino en
donde hay que morir, o desaparecer para verlo llegar.
- No es lo mío..Di la pelea para reclamar la vida de más de miles de desaparecidos durante
una de las más oscuras horas de la historia de la Argentina moderna.
- No entiendo, Isidoro.
¿ Qué te pasó..?
¿Cómo se come esto... “adultos mayores” /encerrados en residencias.?
¿Encerrados... o enterrados?
Isidoro, guarda silencio.
Responden periodistas de El Mundo.
Tres madres, nos relatan Pedro Simón y José Aymá. Es un Reportaje gráfico para El Mundo.
A Isidoro, no lo desaparecieron, gorilas militaroides..Es a un sistema de “cuidados “y falsas
protecciones estatales al que habría que pedir cuentas por este niño de 75 años.
“Una soledad polifónica de huérfano de padres y de primos y de tías y de esposa y de hijos y de
todo. Una soledad que llama la atención entre los solos.
Se llama Isidoro Asurmendi Goyena, tiene una pierna menos y una biografía de más. Jugó al fútbol.
Tuvo un perro. No tiene descendencia, ni familia conocida, ni amigos que vengan a verlo. En la
residencia Amavir, Mutilva (Pamplona), un lugar lleno de luz. 185 mayores (para no llamarlos viejos)
cosen, colorean, crecen. haciéndose cada vez más viejos. Juegan “sin ningún paquete de pxanponas
“, esperan. No precisamente a Godot.
No podían faltar en la habitación 112 , imágenes religiosas. Tiene colgada la de otro viejo. gordo y
bonachón..vestido de cura y de blanco. Saben que hablo de Jorge Bergoglio, ex Cardenal de Buenos
Aires, elevado al rango de Papa bajo el nombre de Francisco. Fotos de uno de sus perros y de una las
tres madres que tuvo. Justamente, la que lo parió y luego lo abandonó. A falta de fotos de nietos o
comuniones o matrimonios.
Señala un recorte en la pared y comienza a hablarle, como si la imagen todavía estuviera viva. Es
Hemingway. Los periodistas le recuerdan que murió hace sesenta años. ¡Ah ! …...murió Hemingway.
- Isidoro...te dejo esta imagen de Hebe. La abuela de Plaza de Mayo....Acaba de morir .
Aunque sea en una sola pata... ¡Bailemos! Cantar....cualquiera puede.
- El amigo de soledades interminables, el Medio Pollito, también está invitado.
Hebe de Bonafini... ¡Hasta la victoria...siempre !