Luigui Vidal
Esta vez nos toca decir algo de Instituciones, fundaciones, asociaciones, ong, programas, etc, orientados según lo que expresan sus estatutos como de adultos mayores, o para ellos, por ellos, o con ellos, con declaraciones de principios y objetivos dignos de respeto y admiración.
Sus declaraciones, sus manifiestos, dignos de aplauso, todos dicen ser sin fines de lucro, sin fines políticos y expresan una voluntad de trabajo seria y comprometida, se apoyan en estadísticas, etc.
En esto casi todas coinciden, estatales o privadas, los discursos son bellos, palabras de valor científico o conmovedoras, pero ahora es necesario que quien tenga la visión gerontológica sepa separar la paja del trigo, que tengan ojos y oídos bien abiertos, y ver quien verdaderamente trabaja a conciencia por los objetivos tan bien expresados en el papel.
No basta tampoco trabajar según los principios expresados, hay que también parecer que lo hacen, principio básico de transparencia, un perfil público, abierto a la información, no secretismos, nadie quien exprese hacer bien por nuestros mayores ,puede ser parte de una especie de sociedad secreta.
Hay que tener voz pública, ¿por qué parece que muchas de estas instituciones no trabajan y son solo cascarones?, que ocurre ahí, también hay otros que hacen creer que hacen mucho, unos publican y otros publican mucho, algunos informan adecuadamente y son por ello transparentes, y otros se inflan con publicidad, para encubrir “principios no declarados” lucrativos, de manipulación política o explotación de a quien supuestamente ayudan.
Las instituciones estatales están obligadas a informar y ser transparentes, saber comunicar no es imponer avisos publicitarios por doquier, es tener un saber comunicar, con transparencia y sin manipulación.
Si creamos una institución para luchar por la calidad de vida de las personas adultas mayores, así sean privadas se deben a los principios expresados y ello los obliga a un perfil publico, transparente, abierto, para qué tener grupos cerrados o encriptados.
En esto incluyo a los gremios profesionales que se deben a la sociedad del país donde nacieron, y actuar de acuerdo a su realidad, con responsabilidad social y pensar que los verdaderos héroes de la historia que se escribe son las personas adultas mayores.
El mensaje final, instituciones publiquen lo que hacen, sinceren sus objetivos y basta de un perfil demasiado bajo y encubridor ni tampoco publicidad rimbombante, sepan comunicar, generen confianza, los adultos mayores necesitan información fidedigna, precisa, real.
La visión gerontológica, comprometida con las personas adultas mayores nos hace ver las cosas como son.